Voy a intentar hablar de mis trabajos
Egresada de la Escuela Nacional de Bellas Artes “Prilidiano Pueyrredón” de Buenos Aires, tuve la suerte de vivir el proceso de transformación de esta institución, de ser un liceo de “señoritas” a vivir en la calle entre museos y galerías. Partí de las escuelas con una valija de herramientas, pero el desafió real, como siempre, viene apenas pones el pie fuera. ¿Cómo volar solo con herramientas?
Viví intensamente la movida del 59 al 65, fundamentalmente con el Di Tella, algunos de cuyos miembros todavía nos acompañan y muchos han hecho grandes carreras. He realizado numerosas exposiciones conjuntas e individuales en galerías y museos de Buenos Aires, Latinoamérica y Estados Unidos. Y entre exposición y exposición disfruté, durante 30 años, mi trabajo de docencia en este área.
Dispuesta a escribir una reseña de los 50 años que cubre la colección de mi obra y seleccionando algunas para presentar aquí, llego a la conclusión de que en prácticamente todas ellas la gestación han sido testimonial, aunque sus motivadores han sido siempre espontáneos, emocionales y libres de racionalidad, resultan ser el relato de mis circunstancias y anhelos, surgidos muchas veces sin ser yo consciente de ello.
Los temas de las series o títulos siempre surgieron una vez terminada la obra, y al bautizarlos, he constatado contra mi pensamiento que siempre hubo intencionalidad clara en ellos, algunas gozosas y otras, diría, sangrantes. Creo que lo que distingue a mi obra es la creación de texturas, el trazo seguro y determinante, predominando siempre la temática de la mujer, los niños, las parejas y lo mítico, reposando, dependiendo de la fuente de inspiración y mi etapa personal, en la ilustración, el expresionismo o el simbolismo, y continuando la búsqueda de ese lenguaje que expresa mi ahora.
Recuerdo que en una de mis últimas exposiciones un crítico analizando los trabajos rebautizó uno de ellos como “la sonrisa vertical” y me quede sin palabra oyéndolo y observando al resto del público asentir. Mi intención era hacer una semilla que está penetrando en la tierra … Gille Deleuze compara la creatividad y la imaginación como un rizoma (yuyos sin raíz) sin principio y sin fin, que surge en cualquier lugar y la cual es mejor que nos encuentre trabajando!… Pero por otro lado, como en muchas otras oportunidades, confirmé mi creencia de que la obra se completa en la experiencia del receptor, en lo que ve y siente, en lo que me devuelve, en lo que puede resultar semilla de mi propio crecer.
Les agradezco la visita al sitio y les dejo un pensamiento, de De Lin Yutang:
Vivir de modo que nuestra vida parezca un poema
Ordenar las cosas de modo que parezca un cuadro
Vivir de modo que seamos un cuadro,
y ordenar los muebles de modo que el cuadro parezca un poema.
Saludos!